Descripción: Bishevo es una pequeña ciudad portuaria situada en el mar Adriático, conocida por su impresionante belleza natural. La ciudad está rodeada de aguas cristalinas, lo que la convierte en un destino ideal para nadar y bucear. Una de las atracciones más populares de Bishevo es la Cueva Azul, una impresionante maravilla natural que brilla con una luz azul brillante. Los visitantes pueden hacer una excursión en barco para explorar la cueva y contemplar su belleza etérea. Además de la Cueva Azul, Bishevo también alberga varias playas hermosas, como la playa de Stiniva, que fue votada como la mejor playa de Europa en 2016.

En las inmediaciones de la isla de Vis, a pocos kilómetros del pueblo pesquero de Komiza, dentro del geoparque protegido por la UNESCO del archipiélago de Vis, se encuentra la versión adriática del paraíso.

 

Aunque la isla de Bishevo tiene unos 6 kilómetros cuadrados, es muy fácil enamorarse de su magnífica belleza.

Cuenta la leyenda que en la isla de Biševo, donde se encuentra el puerto de Biševo, vivía una hermosa sirena. A menudo se la veía nadando por la costa de la isla, cantando una melodía de una belleza inquietante que hechizaba a todos los que la oían.

Según la leyenda, un día un marinero se enamoró del canto de la sirena y decidió seguirla mar adentro. Pero a medida que se alejaba más y más de la isla, se dio cuenta de que nunca podría dejar atrás la encantadora voz de la sirena.

Cuando se acercó a la sirena, le rogó que subiera a su barco y navegara con él. Pero la sirena se negó y advirtió al marinero que abandonar su isla natal le llevaría a la perdición.

Sin inmutarse, el marinero siguió rogando y suplicando a la sirena hasta que, finalmente, ésta cedió y accedió a acompañarle. Sin embargo, en cuanto zarparon, se desató una feroz tormenta y el barco se estrelló contra las rocas, hundiéndose en el fondo del mar.

Nunca se volvió a ver a la sirena, pero cuenta la leyenda que aún puede oírse su inquietante voz cantando su encantadora melodía por la costa de Biševo. Los visitantes del puerto de Biševo pueden dar un paseo en barco por la costa de la isla y escuchar el canto de la sirena, con la esperanza de vislumbrar a la mística criatura que una vez llamó hogar a la isla.