El puerto de Brisbane es el tercero más activo de Australia y constituye una importante puerta de entrada a la región Asia-Pacífico. Situado en la vibrante ciudad de Brisbane, manipula todo tipo de mercancías, desde contenedores y automóviles hasta productos a granel y combustibles líquidos. El puerto es también un centro neurálgico para los cruceros y ofrece fácil acceso a algunos de los principales destinos turísticos de Queensland, como la Costa Dorada y la Gran Barrera de Coral

Brisbane es la capital del estado australiano de Queensland y la tercera ciudad más grande del continente.

 

 

 

Antaño medio dormida y provinciana, escondida tras las fachadas de edificios de negocios, en los últimos años Brisbane está merecidamente considerada uno de los lugares más atractivos para vivir en Australia: su población crece a un ritmo alarmante, aumentando en mil personas a la semana. El sobrenombre oficial de Brisbane es "Ciudad del Nuevo Mundo" y es bastante acertado: con más rascacielos que Nueva York, surgen nuevos bares y restaurantes como setas después de la lluvia. Los turistas pueden disfrutar de la naturaleza única de los parques nacionales, acariciar un koala, subir a uno de los pocos puentes accesibles del mundo y empaparse del sol del espíritu acogedor de Brisbane.

Hace mucho tiempo, la tierra del río Brisbane estaba ocupada por dos tribus: los turrbal y los jagera. Estas tribus estaban en constante conflicto entre sí, y un día los Jagera atacaron a los Turrbal, robándoles a sus mujeres y niños y llevándoselos a su campamento.

Los guerreros Turrbal estaban desolados por esta pérdida y sabían que tenían que actuar con rapidez para rescatar a sus seres queridos. Invocaron a los espíritus del río y rezaron pidiendo ayuda. Los espíritus respondieron a sus plegarias y enviaron una gran inundación río abajo, arrasando el campamento Jagera y rescatando a las mujeres y niños Turrbal.

Pero la inundación no se detuvo ahí. Siguió creciendo y creciendo hasta convertirse en un torrente embravecido que consumió todo el valle. Los Turrbal fueron arrastrados por la riada y sus cuerpos nunca se encontraron.

Tras la inundación, nació el río Brisbane. Se decía que el río era las lágrimas del pueblo turrbal, que lloraba por sus seres queridos perdidos. El río se convirtió en un lugar sagrado, y el pueblo turrbal nunca olvidaría el sacrificio de sus guerreros y el poder de los espíritus del río.

A día de hoy, el río Brisbane sigue siendo una parte importante de la cultura y la historia locales, y los habitantes de la zona siguen contando la historia del Turrbal y el Jagera.