La isla Enterprise, en la Antártida, es un pequeño pero impresionante puerto de aguas prístinas e imponentes glaciares. Se trata de un destino para auténticos aventureros, ya que para llegar a él hay que realizar una ardua caminata. Una vez allí, los visitantes pueden recorrer la isla en kayak, hacer senderismo para ver pingüinos y focas, y maravillarse ante la majestuosa belleza natural.
Esta pequeña isla Enterprise alberga uno de los pocos restos físicos de la ocupación humana de la Antártida: el pecio del ballenero Gouvernoren, del que sólo queda la proa por encima del agua. Esta zona fue muy utilizada por los balleneros entre 1915 y 1930, y hay algunos otros artefactos de la época esparcidos por la costa si se fijan bien. La pequeña escala y el aspecto humano hacen de éste un gran lugar para descubrir.