El Canal Lemaire es una de las vías fluviales más pintorescas de la Antártida. Es un estrecho entre imponentes acantilados de hielo y ofrece unas vistas impresionantes de los picos de las montañas circundantes. Este canal es un lugar de visita obligada para los cruceristas que deseen experimentar la belleza natural del continente.

Mientras navega por el espectacular Canal Lemaire, será testigo de uno de los múltiples puntos culminantes de la Antártida. Se trata de un canal de 11 kilómetros de largo, 150 metros de profundidad y 700 metros de ancho, con rocas y hielo que emergen del mar. Las corrientes de marea a menudo obstruyen el paso con bergs y hielo compacto, por lo que el canal a veces está bloqueado para los buques que navegan hacia el sur. Las aves marinas y las ballenas orca, jorobada y minke aparecen a menudo en la superficie del agua.

El Canal Lemaire, también conocido como "Kodak Gap" por su paisaje de postal, es un estrecho paso situado en la Antártida, flanqueado por imponentes acantilados y glaciares. El canal fue descubierto por la Expedición Antártica Belga en 1898 y debe su nombre a Charles Lemaire, un explorador belga que participó en la expedición.

Según la leyenda local, el Canal de Lemaire está embrujado por una mítica criatura marina conocida como el Kraken. Se dice que el Kraken es un pulpo o calamar gigante, con largos tentáculos que pueden alcanzar los 30 metros de longitud. Se dice que habita en las oscuras profundidades del canal, esperando a que pasen barcos desprevenidos.

Cuenta la leyenda que el Kraken se despertó con el ruido de los primeros barcos que entraron en el canal y desde entonces ha causado estragos. Los marineros dicen haber visto sus enormes tentáculos enroscándose en sus barcos y arrastrándolos a las heladas profundidades. Algunos incluso afirman haber visto los ojos brillantes de la criatura mirándoles desde las profundidades.

A pesar de las muchas historias sobre la ira del Kraken, algunos creen que la criatura no es malvada, sino simplemente un guardián del canal, que protege las aguas de quienes pretenden explotar su belleza natural y sus recursos. Sea cual sea la verdad, la leyenda del Kraken no ha hecho sino aumentar la mística y el encanto del Canal Lemaire, convirtiéndolo en un destino obligado para aventureros y amantes de las emociones fuertes.